miércoles, 25 de febrero de 2009

Róbame

Róbame, uno a uno los poros de la piel sonrojada, llévate con ellos los latidos de un corazón hambriento, sacia tu sed con lágrimas dulces e incrédulas, conviérteme en mujer de caminos, arráncame del pedestal…
¡Quiero ser tu plebeya!
Transfórmate en ladrón exclusivo, asáltame por sorpresa, golpea las estructuras, arrebátame los miedos, posee con fuerza la rebeldía peregrina, fuma la piel en pequeña bocanadas, secuestra mis silencios, átame al borde de la cama, cambia los pañuelos de seda por esposas forjadas, convierte tus pestañas en látigos mientras saboreas el olor de un cuerpo en llamas.
Despójame.
De suspiros, gemidos y palabras incoherentes.
Desvalíjame sin piedad ni contemplación, olvida las reglas, marcha obstinado, no temas, derrite el hielo, esculpe mi espalda, derrótame, líbrame, derriba mis piernas como torres gemelas, oculta el rostro para evitar la venganza, pero déjame escucharte para seguir las pistas.
Húrtame.
Resiste el pataleo, los empujones, la fuerza que se agota, las mordidas transitorias, las uñas lacerando, caderas convulsionando, no mires mis ojos, no desfallezcas…
¡Se fuerte!
Y cuando me sienta vencida me escucharás suplicar, el rostro transformado, la voz suave, dulce e indefensa pedirá piedad.
¡No escuches!
Te estaré mintiendo, me haré pequeña, intentaré manipularte, despertaré tu sensibilidad, ¡Atento! no te dejes engañar, puedo ser un ángel o un demonio enfurecido con tal de ganar, lo que yo creo mi juego, no lo permitas, agótame, apriétame, abrázame, ahógame….
¡Líbrame!
Enséñame a perder…
Y a ganar…
La gloria.
Sustráeme.
Las plegarias, las estrategias, el llanto sofocado y la risa incontrolada, el orgullo desmedido, sé más hombre que yo…
Desenmascárame y descúbreme
____________________________Mujer.

Róbame, despójame, húrtame, líbrame, sustráeme
Sin compasión, ni piedad

Y guarda el secreto.
(hasta de mi misma)

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