sábado, 21 de febrero de 2009

Agonía III

... Acaricia su cabello cansado, cada una de sus canas y la incipiente necesidad de comprobar que la vida no pasa en vano.
Se descompuso la memoria en los sueños, ya la noche no traerá nuevas noticias y cada pétalo desprendido ha terminado en el acrílico, acepta por fin su cristal como amante para que rasguñe cada uno de sus minutos, sangrar sin dejar de ser ovillo, como el feto en el vientre que busca una estrella esperando el consuelo de unas manos teñidas de llanto.

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