sábado, 3 de enero de 2009

Caritas tostadas


Inocencia de asfalto, corazones partidos, lenguaje que hiere, gritos, silencios, nómadas urbanos, hijos de la nada, dolor de mis entrañas, sangre prostituida en la miseria de una suerte asfixiante, el infierno en la tierra, miradas perdidas, estómago vacío y la muerte, pago efímero para sobrevivir.

Manitas pequeñas.

Calles pateadas con sudor y lágrimas, ilusión endurecida, escrúpulos caducos, guardianes de semáforos, artistas obligados, tristes maromas, pelotas volando, fuego de circo, vidrios impecables, almas curtidas, zapatos ajenos pulidos, pies propios descalzos y la muerte, pago efímero para sobrevivir.

Caritas Tostadas.

Vaivenes de días, calor y humedad, ropa marchita, pupila perdida, pega para olvidar, piedra para recordar como era la felicidad… antes de nacer. Lluvia que azota, latigazos, rutina de golpes, espalda morada, víctimas de unos, verdugos de otros, la noche es testigo, certificarlo es lo de menos, señor notario, señor gobierno.

Sueños Ausentes.

Amor, teoría perdida y en la práctica el odio, “A” calificación del terror, estudiantes del miedo, puñal y cigarrillo… Útiles escolares en la academia del olvido, fe… como chiste, distracción del recreo, régimen que atrapa, encarcela, solo quizás, alguno se escapa y la muerte, pago efímero para sobrevivir.

Esperanzas desiertas.

Escaleras, miles de escaleras, desembocan en cualquier parte menos en el cielo, se pierden en montañas de tabiques y zinc, hombrecillos empacados en latas de sardinas, hojalatas de techos, cartones de lecho, miseria y la muerte, pago efímero…

Hombrecillos.

Un rostro empapado de lágrimas, el desvelo se atrinchera en mi cama, la mirada la pierdo en sus manos y sueño, sueño con abrazarlos, llenar sus heridas de besos, bañar sus almas con agua tibia, vestirlos, verlos en la mesa devorando el pan, clamo al señor… No sueño con amarlos porque ya los amo …

¿Con quién se pacta la felicidad ajena? Yo entrego mi alma, pago efímero para sobrevivir. Hombrecillos, hijos míos, niños de mi vida, perdónenme, que mi fuerza, mi fe y mi amor… no son suficiente para aplacar su dolor. Algún día, podré darles a algunos de ustedes, la calidez de una vida, besaré cada una de sus frentes justo antes de dormir, escucharé sus temores, celebraré sus cumpleaños, les enseñaré la ilusión de las letras, les contaré de Dios… algún día construiré una casa.... Sólo para ustedes.

Y el infierno en la tierra se esfumará en el olvido…

Hombrecillos de manitas pequeñas, caritas tostadas, sueños ausentes y esperanza desiertas… mi alma…

Por sus risas.

1 comentario:

Mana dijo...

estuve chekeando la lista de temas que tenes en este blog, PARECE QUE LA HUBIERA ARMADO YO!

preciosa!!!

pd:tus fotos cada vez llegan mas :S